Bienestar animal: por donde empezar….

“Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”.
Mahatma Gandhi

Actualmente nos encontramos con que en muchos casos, el objetivo fundamental de la ganadería en los países desarrollados es suministrar el consumidor de una serie de productos alimenticios de calidad a un precio cada vez más bajo, a veces a costa del estado de bienestar de los animales.

Afortunadamente, al consumidor le preocupa no sólo lo que come sino también como se obtuvo el producto que llega a sus manos, y demanda el bienestar animal como un elemento más dentro de la calidad exigida a los alimentos.

El hombre desde tiempos antiguos establece una relación con las especies que le son útiles, y eso implica el compromiso de proporcionarles un grado aceptable de confort a lo largo de su vida, dando así un enfoque ético, y no meramente económico.

bienestar animal

Este compromiso ético con los animales de producción se traduce en una revisión de su cría y manejo, ya sea en la propia granja, durante lo transporte, o mismo en el momento del sacrificio mejorando su hábitat, sanidad, alimentación y cuidados y esta preocupación debe extenderse también a los destinados a investigación, experimentación, actividades lúdicas, deportivas o de compañía.

El bienestar animal se mide con 3 parámetros: el funcionamiento adecuado del organismo (que implicaría que los animales estén sanos y bien alimentados), el estado emocional del animal (es decir la ausencia de emociones negativas como el dolor o el miedo crónico) y la posibilidad de expresar algunas conductas normales propias de la especie (ya que animal muestra una respuesta de estrés o manifiesta conductas anormales cuando no puede expresar la conducta en cuestión).

La Organización Mundial de la Salud Animal considera que un animal se encuentra en un estado satisfactorio de bienestar cuando está sano, confortable y bien alimentado, puede expresar su comportamiento innato, y no sufre dolor, miedo o distrés (WOAH, 2008).

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Las Cinco Libertades

Farm Animal Welfare Council (FAWC) en el año 1993, presenta el  denominado principio de las cinco libertades, y en él se plantea que el bienestar de un animal queda garantizado cuando se cumplen estos cinco requisitos  y de esta manera se permite a los animales una existencia en las mejores condiciones posibles, sin padecer sufrimientos físicos o psicológicos innecesarios:

  • El animal no sufre sed, hambre ni malnutrición, porque tiene acceso a agua de bebida y se le suministra una dieta adecuada a sus necesidades.
  • El animal no sufre estrés físico ni térmico, porque se le proporciona un ambiente adecuado, incluyendo refugio frente a las inclemencias climáticas y un área de descanso cómoda.
  • El animal no sufre dolor, lesiones ni enfermedades, gracias a una prevención adecuada y/o a un diagnóstico y tratamiento rápidos.
  • El animal es capaz de mostrar la mayoría de sus patrones normales de conducta, porque se le proporciona el espacio necesario y las instalaciones adecuadas, y se aloja en compañía de otros individuos de su especie.
  • El animal no experimenta miedo ni distrés, porque se garantizan las condiciones necesarias para evitar el sufrimiento mental

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El principio de las cinco libertades constituye una aproximación práctica útil al estudio del bienestar y especialmente a su valoración en las explotaciones ganaderas y durante el transporte y sacrificio de los animales de granja. Además, este principio ha constituido la base de muchas de las leyes de protección de los animales en la Unión Europea y en otras partes del mundo.

Puede parecer que esto no es suficiente, pero son los mínimos legales, hay que seguir avanzando que nos queda mucho camino por andar.

Autora: Inés Carreira Fernández

 

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